Desde la Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas de Colmevet explicaron que, tras las fiestas de fin de año, se repite un patrón preocupante: el aumento de la entrega voluntaria o “devolución” de animales a fundaciones y refugios, situación que impacta negativamente tanto en el bienestar animal como en las familias y en los centros de rescate.
“Si bien no existen cifras oficiales en Chile que dimensionen este fenómeno, sabemos que la adopción impulsiva —donde se subestima el compromiso real que implica cuidar a un animal— suele terminar en la renuncia temprana. Esto afecta al animal, genera frustración en las familias y sobrecarga la ya limitada capacidad de refugios y organizaciones de protección”, señaló Viviana Valenzuela, directora nacional de la Comisión de Tenencia Responsable de Mascotas de Colmevet.
Los riesgos de los “malos manejos”
Según detallan los médicos veterinarios, la falta de preparación y planificación de quienes adoptan se traduce en conflictos de convivencia, conocidos como “malos manejos”, entre los que destacan:
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Falta de conocimiento: ausencia de información básica sobre tenencia responsable, bienestar animal y necesidades específicas de cada especie.
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Confusión de conductas: comportamientos normales de adaptación o estrés —como orinar fuera de lugar, destruir objetos o intentar escapar— son interpretados erróneamente como “conductas indeseables”, cuando en realidad reflejan falta de acompañamiento.
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Agravamiento del conflicto: estas interpretaciones erróneas aumentan la tensión entre la familia y la mascota, acelerando la decisión de abandono.
Adoptar es una decisión consciente, no un gesto simbólico
Desde Colmevet hicieron un llamado a reflexionar antes de adoptar, entendiendo que la adopción no debe ser un acto impulsivo ni un regalo de ocasión, sino una decisión informada que implica integrar un nuevo miembro a la familia.
Para una adopción responsable, los especialistas recomiendan:
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Preparar el espacio: contar con un lugar adecuado y seguro para el animal.
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Informarse sobre los cuidados: conocer las necesidades de salud, alimentación, estimulación y tiempo que requiere.
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Acompañar el proceso: implementar estrategias de acompañamiento antes y después de la adopción, para facilitar la adaptación y prevenir conflictos.
“Un animal de compañía no es un objeto ni un juguete de temporada. Es un ser vivo que requiere compromiso, conocimiento y afecto por muchos años”, recalcaron desde Colmevet.
El llamado apunta a proteger el bienestar animal, fortalecer la tenencia responsable y promover una convivencia armónica entre las mascotas, sus familias y el entorno, especialmente en fechas donde las decisiones impulsivas pueden tener consecuencias de largo plazo.