La caída del cabello es un acontecimiento traumático para quienes la padecen. Ya sea hombre o mujer, joven o mayor, la cosa no cambia: cuando se empieza a perder el pelo, también se encuentran problemas que afectan también a la esfera psicológica.
No es infrecuente, de hecho, que quienes notan un cierto adelgazamiento de su cabello comiencen también a verse afectados por una cierta inseguridad que tiende a hacerles encerrarse en sí mismos. ¿Por qué ocurre esto? A nivel mental, algunas personas ponen en marcha mecanismos que les hacen pensar que la caída del cabello es el factor desencadenante del alejamiento de sus seres queridos.
En resumen, se cree que, debido a la caída del cabello, la persona puede ser vista de forma diferente por la gente y esto lleva al sujeto a encerrarse en sí mismo y a apartarse de los demás. Un problema capilar, por tanto, puede derivar en algo diferente y relacionado con la esfera psicológica. Por supuesto, esto también debe evitarse porque si se profundiza y se comprenden las causas de la caída del cabello, se puede intentar remediarla de forma permanente.
Entender las causas para encontrar soluciones
Este es el primer y muy importante paso. La pérdida de cabello no siempre está relacionada con el mismo trastorno. En algunos casos, de hecho, es algo fisiológico, en otros una situación reversible. Sólo en determinadas condiciones la pérdida es definitiva, pero incluso en estos casos es posible poner remedio y volver a tener un cabello voluminoso.
Como se ha dicho, hay algunas situaciones que no deben causar demasiada alarma. La caída del cabello es, de hecho, completamente fisiológica en ciertos casos. Esto se debe a que el ciclo vital del cabello hace que nazca, crezca y muera. Nada serio, entonces. Sin embargo, hay que fijarse en la cantidad de pelo que se pierde: si es muy extensa, lo mejor es ponerse en contacto con un especialista lo antes posible.
Esto se debe a que puede haber situaciones en las que el pelo se caiga sin parar y, por tanto, el riesgo es quedarse calvo en un corto espacio de tiempo. ¿Qué hacer en estos casos? El primer paso es evaluar las causas de la caída del cabello.
Puede ser un simple estrés o un problema relacionado, por ejemplo, con los cambios hormonales (embarazo, menopausia en las mujeres). En estos casos, es útil eliminar la causa principal del problema y luego intentar que vuelva a crecer el pelo. Se trata, de hecho, de una calvicie transitoria y reversible.
Si, por el contrario, se trata de una alopecia androgenética y, por tanto, determinada por factores genéticos y hereditarios, no se puede hablar de reversibilidad: en estos casos, por tanto, hay que realizar otros tratamientos. Por ello, se puede intentar tratar todo esto con productos específicos para la reconstrucción capilar, pero es importante saber que los resultados no son inmediatos y no siempre los esperados.
Por eso, en algunos casos más graves es necesario optar por otra solución más incisiva e inmediata. Una de ellas es, sin duda, la tricopigmentación. Se trata de una práctica cada vez más popular que permite recuperar un bonito cabello sin pasar por la cirugía de trasplante, que es invasiva y no siempre indolora.